Una lección de valentía de la mano de Hassan Kamoga (Crónica de Antoni Ferragut)

Una lección de valentía de la mano de Hassan Kamoga (Crónica de Antoni Ferragut)

Una lección de valentía de la mano de Hassan Kamoga

Crónica realizada por Antoni Ferragut Gili, estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual

 

En este último lustro en Uganda se ha intentado implantar un proyecto de ley antihomosexual, con el que se ha estigmatizado a todas las personas que sienten atracción por personas de su mismo sexo. Actualmente, son perseguidos, detenidos y encarcelados, pero con dicho proyecto se podría llegar a cambiar la máxima pena de 14 años de cárcel por la pena de muerte.
La criminalización ante homosexuales varones es mucho más elevada que la de homosexuales féminas, por lo que hace que las mujeres sean mucho más vulnerables, puesto que, como nos ha explicado la activista Violeta Assiego “no tienen ni el derecho a no tener derecho”.

Con todo este panorama nacional, el año pasado un activista ugandés se llenó de valor y se puso a la cabeza del primer festival de cine y artes escénicas LGTBI (Queer Kampala) de todo el país. Sabiendo el riesgo que corría, no dudó ni un segundo en echarse atrás. En esta edición inaugural, nos cuenta que tuvo muy buena acogida tanto por el público a su favor porque lo creen necesario pero que también hubo mucha gente que en un principio estaba en contra, pero que en el festival, muchos de ellos cambiaron un poco su ideología al ver que no se les estaba intentando inculcar nada, sino que simplemente se les enseñaba una realidad que está patente en su país.

El director ugandés se ha puesto presencialmente ante el público y los medios en eventos que se comprenden dentro del calendario de Zinegoak. La tarde del jueves 23 de febrero hemos podido asistir a un coloquio celebrado en el centro cívico La Bolsa donde él mismo nos ha explicado su experiencia y todo lo que ha pasado para poder llegar a realizar este festival que actualmente cuenta con 8 organizadores, pero necesitan la ayuda de unos 20 voluntarios. Nos ha contado que ha tenido momentos muy difíciles para poder llegar aquí, que en 2014, él mismo pensó en emigrar y que, actualmente tiene que cambiar de domicilio cada pocos meses porque es perseguido por sus proyectos y su identidad sexual.

Asimismo, al final del coloquio ha explicado que en cuanto vuelva a su país puede que sean las cosas aún más difíciles, pero que es necesario darse a conocer en los medios para poder luchar contra este sistema opresor respondiendo así a una pregunta de un oyente sobre si creía que el hacerse mediático asistiendo a este tipo de festivales y coloquios le podía jugar en su contra.